El Dr. Minig y la Dra. Zorrero, junto con su equipo, aplican en aproximadamente el 90% de los casos de patologías ginecológicas complejas técnicas de cirugía mínimamente invasiva, ya sea laparoscópica o robótica.
La cirugía robótica ha introducido una revolución en la esfera de la ginecología oncológica, ofreciendo un enfoque innovador y altamente preciso para abordar patologías de alta complejidad. El Dr. Lucas Minig se destaca como uno de los máximos expertos en cirugía ginecológica y oncología ginecológica a nivel nacional. Actualmente, lidera la unidad de ginecología oncológica y cirugía de alta complejidad en el hospital IMED Valencia y participa como orador en los congresos más prestigiosos del ámbito, además de ser profesor de medicina en la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Según el Dr. Minig, «casi el 90% de las patologías ginecológicas de alta complejidad que requieren cirugía se tratan mediante técnicas mínimamente invasivas, ya sea a través de cirugía laparoscópica o cirugía robótica».
Estos dos enfoques comparten la característica de llevarse a cabo a través de pequeñas incisiones, pero, como el doctor subraya, «la cirugía robótica supera las limitaciones de la cirugía laparoscópica al permitirnos visualizar el campo quirúrgico en tres dimensiones. Contamos con instrumentos que replican el movimiento de nuestras manos, lo que nos otorga una mayor precisión y nos permite llevar a cabo los procedimientos con mayor seguridad. En última instancia, esto beneficia al paciente al reducir la probabilidad de complicaciones».
La Unidad de Ginecología Oncológica y Cirugía de Alta Complejidad de IMED Valencia se ha convertido en un punto de referencia para el tratamiento de patologías ginecológicas. Como destaca el Dr. Minig, «nuestra unidad se ha desarrollado durante varios años y abordamos una amplia gama de patologías complejas que afectan a los órganos genitales de la mujer, desde problemas benignos como grandes miomas uterinos, quistes ováricos y endometriosis, hasta enfermedades oncológicas como el cáncer de ovario, el cáncer de endometrio (útero) y el cáncer de cuello uterino».
Uno de los pilares fundamentales de esta revolución quirúrgica es la cirugía robótica, específicamente el sistema Da Vinci, un robot que permite a los cirujanos operar con una precisión excepcional. El Da Vinci consta de una consola desde donde los cirujanos realizan las operaciones. «No estamos junto al paciente, sino a una distancia de 4 a 5 metros, viendo todo en un monitor en tres dimensiones. Manipulamos los instrumentos que ya están dentro del paciente y estos reproducen nuestros movimientos. Esto ha revolucionado la cirugía tradicional, que solía implicar incisiones grandes, y la cirugía laparoscópica mínimamente invasiva, que, hace 40 años, carecía de precisión y requería una curva de aprendizaje prolongada. En cambio, la cirugía robótica ha evolucionado, con una curva de aprendizaje más corta que permite a más cirujanos llevar a cabo estos procedimientos con una precisión quirúrgica superior», destaca el cirujano.
La cirugía robótica se ha vuelto una herramienta indispensable en la cirugía oncológica ginecológica, donde la precisión es esencial al trabajar en proximidad a las principales arterias y venas del cuerpo. El Dr. Minig enfatiza que esta tecnología ha elevado el estándar de atención y seguridad para las pacientes.
En cuanto al futuro de la cirugía robótica, el Dr. Minig sostiene que podría avanzar hacia intervenciones remotas: «Tecnológicamente, estamos cada vez más cerca, especialmente con la incorporación de la tecnología 5G y futuros avances. Sin embargo, es importante destacar que la posibilidad de realizar cirugías remotas no es tan sencilla. Aunque podría operar a una paciente en, por ejemplo, India, se requeriría un equipo quirúrgico local capacitado para abordar cualquier posible complicación durante la cirugía. Este enfoque no es simple ni fácil de implementar; exige una logística de organización y coordinación que esperamos sea viable a medio plazo. Al mismo tiempo, esperamos que la cirugía robótica se vuelva accesible para un mayor número de personas en todo el mundo».
La aceptación y respuesta de los pacientes ante la cirugía robótica son muy positivas, como señala el Dr. Minig: «En general, los pacientes la reciben con entusiasmo y aceptación. Siempre proporcionamos videos informativos a todas las pacientes para que comprendan bien qué implica el uso de un robot, ya que muchas personas piensan erróneamente que solo presionamos un botón y el robot realiza el procedimiento. En resumen, los pacientes ven la cirugía robótica de manera favorable», concluye el líder de la unidad de ginecología oncológica y cirugía de alta complejidad del hospital IMED Valencia.